LOS OJITOS DE VER LINDO
Para seguir adelante
después de lo vivido
hoy por fin me puse
los ojitos de ver lindo
de Angelita sin Aureola
Para seguir adelante
después de lo vivido
hoy por fin me puse
los ojitos de ver lindo
Me saqué varios cristales
me despojé del egoismo
solté la angustia del corazón
para alojar un sueño lindo
me despojé del egoismo
solté la angustia del corazón
para alojar un sueño lindo
Y al granito de amor que recibo
lo multiplico…
Así la luna me guiña el ojo
el sol se torna distinto
el cielo me baja una estrella
Todo me pasó después
lo multiplico…
Así la luna me guiña el ojo
el sol se torna distinto
el cielo me baja una estrella
Todo me pasó después
que decidí mirarme
con ojitos de ver lindo.
CAMINOS
de Memo
Anoche, casi soñando, pensaba en vos. Fue un eterno instante en que sentí que quería decirte muchas cosas. Por muchos motivos, o tal vez sin ninguno.
Sin embargo me dormí y al despertar, junto con la noche, habían volado mis recuerdos.
Hoy, ya despierto, no consigo evocar ese momento y mucho menos recordar mis pensamientos. Sin embargo una imagen quedó en mi, negándose tercamente a pasar al olvido:
Te veía caminando...y detrás de tus pisadas, veía nacer un camino.
Por delante no había nada, nada más que tu reflejo en un sendero vacío.
Fue recordando esa imagen que entendí mi desvarío y nacieron estas líneas y con ellas un pedido:
No pares de caminar y nunca mires atrás, que como dice el poeta, “se hace camino al andar” y se me hace una mentira eso de que haya que optar, porque no hay más que un camino y es el que dejas atrás.
CAMINOS
de Memo
Anoche, casi soñando, pensaba en vos. Fue un eterno instante en que sentí que quería decirte muchas cosas. Por muchos motivos, o tal vez sin ninguno.
Hoy, ya despierto, no consigo evocar ese momento y mucho menos recordar mis pensamientos. Sin embargo una imagen quedó en mi, negándose tercamente a pasar al olvido:
Te veía caminando...y detrás de tus pisadas, veía nacer un camino.
Por delante no había nada, nada más que tu reflejo en un sendero vacío.
Fue recordando esa imagen que entendí mi desvarío y nacieron estas líneas y con ellas un pedido:
No pares de caminar y nunca mires atrás, que como dice el poeta, “se hace camino al andar” y se me hace una mentira eso de que haya que optar, porque no hay más que un camino y es el que dejas atrás.
Cuando todo se termina y los caminos se pierden.
Cuando no hay alternativas y se cierran las salidas.
Cuando las luces se apagan y todo nos dan la espalda.
Cuando el amor se nos niega y la vida sabe amarga.
Cuando no existen preguntas por el miedo a realizarlas.
Cuando sobran las palabras, porque nada las respalda.
Cuando el mundo se derrumba y se duerme la esperanza.
Cuando ya no hay precipicio y termina la caída.
Cuando todo se hace ausencia, cuando el fin no continúa.
Cuando la angustia nos gana y domina nuestros días.
Cuando lo mas importante se esfuma de nuestra vida.
No caben explicaciones, sólo queda una salida:
Romper todas las barreras y enfrentar con osadía
el universo que nace, sin negar al que termina.
Darse cuenta finalmente que no hay dos rutas posibles,
ni siquiera alternativas, sólo el sendero trazado
por las lágrimas caídas y las huellas que ha dejado
nuestra alma, para servirnos de guía.
Y así tal vez avancemos, a partir de comprender,
que si la vida es un juego, aunque el riesgo sea muy grande
no se apuesta a no perder.
Cuando no hay alternativas y se cierran las salidas.
Cuando las luces se apagan y todo nos dan la espalda.
Cuando el amor se nos niega y la vida sabe amarga.
Cuando no existen preguntas por el miedo a realizarlas.
Cuando sobran las palabras, porque nada las respalda.
Cuando el mundo se derrumba y se duerme la esperanza.
Cuando ya no hay precipicio y termina la caída.
Cuando todo se hace ausencia, cuando el fin no continúa.
Cuando la angustia nos gana y domina nuestros días.
Cuando lo mas importante se esfuma de nuestra vida.
No caben explicaciones, sólo queda una salida:
Romper todas las barreras y enfrentar con osadía
el universo que nace, sin negar al que termina.
Darse cuenta finalmente que no hay dos rutas posibles,
ni siquiera alternativas, sólo el sendero trazado
por las lágrimas caídas y las huellas que ha dejado
nuestra alma, para servirnos de guía.
Y así tal vez avancemos, a partir de comprender,
que si la vida es un juego, aunque el riesgo sea muy grande
no se apuesta a no perder.
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